Amor, ¿ya te diste cuenta que te pareces a mi?
Fíjate, en la mañana, prendiste la tele para ver el noticiero y te levantaste por café.
Tu ni siquiera tomas café, ¿recuerdas que te pone nervioso?
Es más! ayer en la noche, mientras hacíamos el amor, tu piel se camuflajeó con la mía, como si te hubiesen untado con chocolate. ¿Viste?
Además tu orgasmo fue como el mío; rápido, intenso y con olor a fresas.
Es que te lo juro que estas igualito a mí.
¿Apoco no te has dado cuenta?
Y esto no empezó ayer, estoy segura que ya lo habías notado pero te haces el ciego.
El mes pasado, mientras estábamos en la reunión de Roberta, te molestó la plática sobre nuestras similitudes. Sabes que son mías, tú me las copiaste.
¿La ligereza? ¿El tic del pie? ¿Esa forma desalineada de peinarte?, no me digas que eso es tuyo.
Ya te dije, pero no me escuchas, te estás volviendo bien parecidito a mí.
Además, ese lunar que tienes en la mejilla, es mío, lo robaste de mi rostro. ¿No te han dicho que se te ve raro?
Todo esto te lo digo porque te quiero, y no quiero verte desaparecer. Creo que tenemos que tomar medidas.
Amor, vas a tener que irte.
No, no. No es que no te quiera, al contrario, te quiero tanto que no quiero ver cómo te esfumas.
CHANGES
Hace 8 años
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